“Nuestro laboratorio es excepcional en España y competitivo en el mundo”
“Nuestro laboratorio es excepcional en España y competitivo en el mundo”
Para Héctor G. Palmer (Barcelona, 1974) esta es su semana. Aparte de publicar por qué falla el tratamiento para combatir el cáncer de colon en pacientes con metástasis, la Fundación Fero le ha otorgado su beca anual de investigación oncológica, valorada en 70.000 euros.
Héctor G. Palmer acaba de ganarse 70.000 euros. La Fundación Fero le ha otorgado su beca anual de investigación oncológica por su estudio de los mecanismos moleculares responsables de la progresión del cáncer de colon.
El premio es merecido. Esta semana el científico, jefe del laboratorio de Células Madre y Cáncer del Instituto de Oncología de la Vall d’Hebrón (VHIO), ha publicado por qué falla el tratamiento para combatir este tipo de enfermedad en pacientes con metástasis en la revista Nature Medicine.
La dotación económica del premio le servirá para “sobrevivir científicamente”, confiesa a SINC. Después de cuatro años liderando su grupo, sabe que “lo más difícil es conseguir financiación para el personal investigador”. La partida se destinará al sueldo de un científico con experiencia durante los próximos dos años.
Reconoce que si hace cuatro días su nombre no hubiese aparecido en una de las mejores revistas científicas como coordinador del estudio sobre el cáncer de colon, hubiera sido más complicado conseguir la beca. En relación con la dictadura de la publicación de resultados, Palmer señala que este año “hay otros grupos españoles que han sacado conclusiones interesantes en revistas importantes”.
Investigación a la romana
Uno de los pocos casos de investigación traslacional, en el que pacientes, oncólogos y compañías farmacéuticas convergen, es el VHIO. “Nos consideramos excepcionales en España y competitivos en el resto del mundo”, asegura sobre el triunvirato.
Según su “modesta opinión”, recalca más de una vez, “la investigación básica y aplicada está muy dividida en este país”. Aunque haya científicos “de nivel excelente, no tienen un enfoque tan dirigido al paciente”.
Hace seis años, Josep Baselga, director del centro de oncología del hospital general de Massachusetts (EE UU) y responsable científico del VHIO, creó el laboratorio dentro del hospital. “Continúa apoyándonos con este proyecto, que refleja su conocimiento y su poder de innovación”, se deshace en elogios Palmer.
Pasado un tiempo, el interés por los oncólogos se tradujo en el interés de las farmacéuticas para iniciar ensayos dentro del hospital. “Para una empresa como Novartis, la Vall d’Hebrón es uno de los cuatro hospitales del mundo donde se están probando más fármacos”.
Dime cómo te llamas y te diré tu tratamiento
El cáncer es la proliferación incontrolada de células malignas, pero los hay de muchos tipos. El más común entre los hombres y las mujeres españolas es el de colon, que afecta 600.000 personas cada año en todo el mundo y que se sitúa como la segunda causa de muerte por enfermedades oncológicas.
“Investigamos los mecanismos básicos de la biología del cáncer, pero todos nuestros proyectos tienen un componente traslacional”, repite Palmer. Ahora luchan para seguir la pista de las proteínas Akt y beta-catenina. Sus resultados se convertirán en un “tratamiento personalizado más efectivo”.
En el cáncer de colon, la proteína Akt expulsa a su ‘paisana’ FOXO3a del núcleo celular para evitar que esta la destruya. Los tratamientos actuales inhiben la malignidad de Akt, que en ocasiones se alía con su compañera beta-catenina para que confunda a FOXO3a. Si eso ocurre, la medicación ya no funciona y la metástasis prolifera a sus anchas.
Investigadores como Palmer trabajan para medir la cantidad de proteína beta-catenina en las células tumorales para que el tratamiento sea efectivo. “Nosotros ofrecemos una guía a las farmacéuticas para saber qué paciente es el mejor para probar el fármaco”.
Como cualquier otro medicamento, tiene que pasar unos ensayos de seguridad y toxicidad antes de que llegue al mercado. “Los fármacos ya están diseñados y en modelos de laboratorio funcionan, pero ahora hay que probarlo en pacientes genéricos con cáncer de colon en estado avanzado. No pasarán menos de cinco o diez años antes de que se pueda usar la medicación”.
Fuente: SINC