Salud

Los militares veteranos pueden desarrollar encefalopatía traumática crónica

Los militares veteranos pueden desarrollar encefalopatía traumática crónica

Los cerebros de cuatro soldados norteamericanos fallecidos han servido para detectar las consecuencias a largo plazo de un traumatismo craneoencefálico causado por la ráfaga de viento de una explosión. Estos combatientes sufrieron problemas de memoria, pensamientos suicidas, agresividad y demencia.


Militares. Imagen por NYCMarines

Una explosión emite ráfagas de viento de hasta 530 kilómetros por hora. Con solo una detonación, y no solo con la onda de choque, los militares sufren traumatismos craneoencefálicos que conllevan otras consecuencias a largo plazo que hasta ahora se desconocían.

Según los resultados publicados esta semana en Science Translational Medicine, la enfermedad neurodegenerativa más habitual en estos casos es la encefalopatía traumática crónica (CTE, por sus siglas en inglés).

“Nunca antes se había examinado el cerebro post mortem de un militar veterano que hubiera estado expuesto a una explosión durante su servicio”, dice a SINC Pat Stanton, investigador del Escuela de Medicina de Nueva York (EE UU), y uno de los autores del estudio, liderado por científicos de la Universidad de Boston (EE UU).

Los científicos han realizado el primer análisis neurodegenerativo de su tejido cerebral y han comparado los resultados con las muestras de tres futbolistas amateurs y de un luchador profesional, ya que el trastorno de la CTE se acostumbra a diagnosticar a deportistas con repetitivos traumas cerebrales.

Agresividad y demencia, síntomas a largo plazo

En los experimentos realizados, el equipo observó cómo durante los primeros estadios de la encefalopatía traumática crónica, la proteína tau abundaba de forma anormal en los entramados neuronales y gliales del cerebro. La descompensación de esta molécula conlleva problemas de memoria, pensamientos suicidas, agresividad, demencia, y eventualmente la muerte celular en el cerebro.

La misma situación se repitió en el modelo animal con ratones desarrollado en laboratorio. Según Stanton, “uno de los puntos fuertes de nuestro estudio es que los hallazgos en humanos tienen correlación en el modelo animal controlado”.

Los roedores recibieron explosiones que también provocaron lesiones cerebrales traumáticas. Además, los tejidos lesionados mostraron muchas similitudes con los del cerebro de los militares veteranos. Los ratones también tuvieron problemas de aprendizaje y de memoria. Sin embargo, los individuos que tuvieron la cabeza inmovilizada durante la exposición tuvieron menos problemas.

El próximo paso de la investigación es determinar cuánto tiempo duran los daños neuronales que afectan al aprendizaje y a la memoria. Aunque Stanton concluye: “El último objetivo es ayudar mejorar la calidad de vida de la gente después de que presten su servicio al país”.

Fuente: SINC



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