El poder nutritivo del aloe vera
El poder nutritivo del aloe vera
El gel que se esconde en la hoja del aloe vera no solo es bueno para recuperar la piel de quemaduras y cicatrices, también se revela como un complemento alimenticio de extraordinarios efectos beneficiosos para el organismo
Cuando se pela la hoja de una planta de aloe vera se obtiene una gelatina incolora, insípida e inodora que, preparada y añadida a un zumo, a un gazpacho, a una salsa o a cualquier otro alimento, puede reforzar el sistema inmunológico al incrementar la producción de linfocitos, algo muy recomendable, por ejemplo, para las personas que se han sometido a un tratamiento de quimioterapia.
Pero también palía la pérdida de hierro (es el alimento del mercado que más hierro tiene después de las almejas y los berberechos) y proporciona fibra favoreciendo así el tránsito intestinal.
El catedrático de Química Orgánica de la Universidad de Cádiz, lleva dedicado al estudio del aloe vera más de una década y por eso destaca su alto potencial nutritivo, además de su probado efecto como recuperador de la epidermis al ser utilizado como producto de uso tópico y planta medicinal durante siglos.
Una planta de aloe vera contiene lípidos (ácidos grasos insaturados que se eliminan con facilidad), fibra, proteínas y oligoelementos como calcio, sodio, potasio, hierro y germanio. “Las hojas de aloe vera albergan un 98 por ciento de germanio orgánico”, asimilable por el organismo y que produce una “sensación de recuperación” al reforzar las defensas, apunta el experto.
Macías explica que la apuesta por el aloe vera se hace desde una doble vertiente: la farmacéutica y la alimenticia, lo que llama el “nutracéutico” o alimento que tiene propiedades para el bienestar del cuerpo. Otros ejemplos de nutracéuticos son los yogures que ayudan a bajar el nivel de colesterol o los preparados lácteos para aumentar las defensas del organismo.
Cómo extraer el gel
Si usted posee una planta de aloe vera puede utilizar sus hojas cuando tengan unos tres años. El procedimiento consiste en cortar la hoja y quitar la corteza externa. De ahí se extrae el gel transparente, se tritura y filtra.
“Cuando la hoja no está bien cortada, ni preparada puede que las aloínas den un olor raro y pueden dejar un regusto amargo. Eso se puede nivelar con otros ingredientes ya que el aloe siempre se contempla como parte o complemento de un alimento, no para comerlo solo”, afirma el catedrático.
La otra opción es comprar la hoja de aloe vera envasada y con una etiqueta que marca su contenido calórico, las proteínas, los aminoácidos…y la forma de conservarlo. “En algunos lugares ya se vende pero la idea es popularizarlo y que llegue a las grandes superficies”, señala Macías.
Fuente: EFE