la dieta mediterránea ayuda a prevenir el ictus en personas de riesgo
Un estudio afirma que la dieta mediterránea ayuda a prevenir el ictus en personas de riesgo
Científicos españoles han llevado a cabo durante diez años un estudio que indica que la dieta mediterránea, enriquecida con frutos secos o aceite de oliva virgen extra, disminuye el riesgo de derrame cerebral en individuos con alto riesgo.
Las personas con un riesgo alto de sufrir enfermedades cardíacas pueden prevenir su aparición mediante la adopción de una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra o frutos secos.
Esta es la principal conclusión de un estudio de casi diez años de duración en el que han participado científicos de diversas universidades españolas.
La dieta mediterránea se caracteriza por un alto contenido de aceite de oliva, fruta, verdura y cereales
El estudio, publicado hoy en la revista New England Journal of Medicine, presenta los resultados del estudio PREDIMED en el que han participado científicos de Instituto de Salud Carlos III, en colaboración con instituciones de Andalucía, Baleares, Canarias, Cataluña, Navarra, País Vasco y Valencia.
Durante la investigación, en la que participaron más de 7.000 voluntarios con una edad comprendida entre 55 y 80 años, se analizaron las diferencias entre tres dietas: dos de ellas de tipo mediterráneo, suplementadas con aceite de oliva o con frutos secos, y otra baja en grasas.
La dieta tradicional mediterránea se caracteriza por un alto contenido de aceite de oliva, fruta, verdura y cereales, una ingesta moderada de pescado y aves y un bajo consumo de carne roja, lácteos y dulces.
Pacientes de alto riesgo
Los voluntarios no padecían ninguna enfermedad cardiovascular al comienzo del estudio, pero todos ellos tenían características (hipertensión, obesidad, colesterol, tabaquismo…) que los clasificaban como pacientes de alto riesgo.
Las conclusiones, tras un seguimiento personal de casi cinco años, muestran cómo los voluntarios que siguieron las dietas mediterráneas suplementadas sufrieron menos eventos cardiovasculares graves (infarto de miocardio, accidente cerebrovascular o ictus y muerte por causas cardiovasculares) que los que siguieron la dieta baja en grasas.
Esta diferencia supondría tres eventos menos por cada mil personas al año, con un beneficio especialmente relevante en el caso del ictus.
No obstante, el estudio presenta ciertas limitaciones, la más importante es el hecho de que en la investigación participaran personas de países mediterráneos que, además, ya tenían un riesgo cardiovascular alto. Si las conclusiones de este estudio son aplicables al resto de la población es algo que requiere más investigación. “Esperamos que los resultados tengan un gran impacto en la práctica clínica dirigida a la prevención de enfermedades cardiovasculares”, declaró en rueda de prensa el Dr. Ramón Estruch, coordinador general del PREDIMED.
Fuente: SINC