Prevención de suicidio
Prevención de suicidio
El suicidio es un grave problema de salud pública con gran repercusión emocional, social y económica en el entorno de las personas fallecidas. La Organización Mundial de la Salud en el año 2000 señalaba que cada suicidio tiene un serio impacto en, al menos, seis personas del entorno.
La última estadística oficial publicada en España es del año 2009: el Instituto Nacional de Estadística cifra en 3.429 las muertes por suicidio en ese año; aunque es un dato “oficial” no es del todo real, pues no están incluidos los “suicidios en blanco”, es decir, los que están detrás de un aparente accidente.
En época de crisis, los problemas económicos llevan a situaciones desesperantes y transcienden a todos los ámbitos de nuestra vida.¿ Sabemos afrontarlas adecuadamente? Encarnación Olivencia Sánchez, es psicóloga pertenece al Grupo de Intervención Psicológica en Catástrofes, Desastres, Crisis y Emergencias (GIPCE) del Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Oriental. Nos habla de su trabajo, y que una gran parte de las intervenciones que han realizado desde su grupo en estos últimos años, han sido atendiendo a familiares de personas que se han suicidado. En momento están elaborando un proyecto de prevención en esta línea para apoyar psicológicamente a familias que atraviesan una situación económica y emocional crítica.
Es un fenómeno complejo que resulta de la interacción de factores biológicos, genéticos, psicológicos, culturales, sociales y medioambientales, por lo que no es posible señalar una única causa. Cada vez se recurre más a la autopsia psicológica como técnica para determinar si la muerte se produjo por accidente o suicidio. Esta técnica permite reconstruir el estado mental del presunto suicida en los días/semanas previos al suicidio. Para la intervención con la familia es muy útil, pues permite comprender los diversos factores y circunstancias concretas y personales que llevaron a su ser querido a realizar este acto.
Las familias de las personas que se suicidan tienen duelos más dolorosos y complicados que en el caso de muertes naturales o accidentales. El impacto de la mala noticia suele producir estados de shock e incredulidad por lo sucedido; también conlleva aislamiento social y gran sentimiento de culpa, aspectos que abordamos principalmente en las intervenciones en emergencias que realizamos desde el GIPCE.
Actualmente, la grave crisis económica que está sufriendo nuestro país está haciendo que muchas familias se vean empujadas hacia la exclusión social y la marginalidad, lo cual conlleva importantes problemas psicológicos, que no están siendo tratados dada la escasez de recursos de estas familias para acceder a centros de tratamiento psicológico. Muchas de estas situaciones ponen al límite la capacidad de afrontamiento del ser humano, como ocurre en el caso de los temidos desahucios que en demasiadas ocasiones están terminando en suicidio. El GIPCE, haciéndose eco de esta problemática y del importante papel que podemos desempeñar los psicólogos especializados en intervención en crisis y emergencias, está elaborando un proyecto de prevención en esta línea para apoyar psicológicamente a estas familias que atraviesan una situación económica y emocional crítica.
Grupo Intervención Psicológica en Catástrofes, Crisis y Emergencias del Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Oriental
Desde nuestro grupo apostamos por la prevención del suicidio, pues aunque no es algo evitable al cien por cien, si es prevenible en muchos casos. La prevención funciona; la experiencia internacional ratifica que promover campañas de sensibilización y concienciación del suicidio contribuye a su prevención. Es necesario un abordaje multidisciplinar y debe incluirse en diversos ámbitos como el laboral, educativo, sanitario y social. Se debe dar a conocer a la sociedad cuáles son los factores de riesgo que pueden desencadenar actos suicidas y los factores protectores que pueden ayudar a prevenirlo con el fin de lograr la detección temprana de este tipo de conductas y la derivación al recurso adecuado para atenderlo. Respecto a los profesionales que tienen relación con este fenómeno, es conveniente formar a los medios de comunicación para que estas noticias tengan un efecto preventivo y no sensacionalista. También es necesario formar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en esta labor preventiva, dotándoles de protocolos de actuación adecuados y enseñándoles habilidades y estrategias para manejar este tipo de conductas. Desde el GIPCE estas son algunas de las propuestas que estamos incluyendo en el Plan de Prevención de suicidios que estamos elaborando.
También desde nuestro grupo somos conscientes de la necesidad de reciclaje o actualización que tenemos los psicólogos que trabajamos en este área y para ello, nuestra sección de Psicología de Intervención en Desastres, Crisis y Emergencias del Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Oriental organiza módulos formativos como el que se ha programado sobre suicidio, para el próximo mes de marzo, en Almería y al que acudiremos psicólogos de las cuatro provincias de Andalucía Oriental.
Vivimos en una sociedad orientada a la búsqueda del placer y el bienestar, en la que se oculta a las demás personas el dolor, el sufrimiento, la enfermedad, las preocupaciones…, algo que en realidad forma parte de nuestra vida, pues a todos nos llega alguna vez el momento de afrontar estas situaciones difíciles. La consecuencia de esta negación u ocultación es que no sabemos afrontarlas adecuadamente cuando se nos presentan. Algunas personas, en un momento determinado de su vida, ven en el suicidio la solución definitiva a sus problemas, cuando en realidad constituye una drástica respuesta a problemas que, lejos de solucionarlos, lo que hace es añadir sufrimiento a las personas de su entorno. Es conveniente tener en cuenta que, cuando una persona opta por esta conducta, tiene una situación de ambivalencia, por un lado quiere morir para acabar con el gran sufrimiento que vive como insoportable, pero por otro, también está demandando ayuda para afrontar la difícil situación que está atravesando. Los testimonios de personas que han superando experiencias de este tipo así lo indican y confirman que si se interviene adecuadamente en ese momento crítico, el suicidio puede prevenirse.
Por todo esto queremos concluir diciendo que no hay mejor prevención que una buena formación y que los psicólogos del GIPCE queremos contribuir aportando nuestro granito de arena a este grave problema de salud pública. Estamos abiertos a participar en proyectos de otros organismos que deseen nuestra colaboración.
Fuente: Encarnación Olivencia Sánchez. GIPCE del Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Oriental