Prueban un antioxidante del olivo como «barrera» contra el VIH
Prueban un antioxidante del olivo como «barrera» contra el VIH
Investigadores españoles han desarrollado una novedosa molécula a partir de un antioxidante natural presente en el olivo, el hydroxytyrosol, que, gracias a su actividad antiviral y antiinflamatoria, podría convertirse en un potente microbicida para frenar la transmisión sexual del VIH.
Tras probarse con éxito en modelos ‘in vitro’ (con una tasa de eficacia del 100%), el Instituto Carlos III va a iniciar en los próximos meses un proyecto europeo financiado por la Comisión Europea para probar su uso como gel microbicida en primates y, de lograrse unos resultados positivos en los próximos dos años, se proseguiría con los primeros ensayos clínicos en humanos a fin de poder estar comercializado en un plazo máximo de cinco años.
Así lo ha asegurado Eduardo Gómez Acebo, gerente de Seprox, la empresa española que ha desarrollado y patentado esta molécula, que ha dejado claro que «no se trata de un fármaco para tratar el sida», sino de un compuesto que ha demostrado «potencial suficiente como para confiar en él como un método barrera contra el VIH».
ANTIOXIDANTE PRESENTE EN EL OLIVO Y EL ACEITE
La molécula original, el hydroxytyrosol, está presente en la hoja del olivo en concentraciones elevadas y también en el aceite virgen extra, aunque en cantidades más pequeñas, y es junto a otros compuestos fenólicos la responsable del sabor amargo que caracteriza a este producto.
No obstante, Gómez Acebo y su equipo consiguieron desarrollar un método de síntesis química y enzimática para producirla a un grado de pureza única y poder sacar más partido a sus propiedades antivirales y antiinflamatorias.
Según ha reconocido el jefe de la Unidad de Inmunopatología del Sida del Centro Nacional de Microbiología del Carlos III y coordinador del estudio en monos, José Alcamí, este doble potencial es lo que hace a esta molécula «distinta al resto de microbicidas que hay actualmente».
Por un lado, ha explicado este experto, su capacidad como antiviral difiere del resto de microbicidas ya que, en lugar de frenar la entrada del virus, actúa inhibiendo su integración en los genes de la persona infectada.
«Para sobrevivir el virus se tiene que integrar en nuestros genes, lo que hace que sea casi imposible de erradicar. Sin embargo, este fármaco actúa en este proceso, impidiendo que el virus se ancle en el organismo y, por tanto, acaba muriendo», según Alcamí.
Junto a esto, sus propiedades antiiflamatorias son un «valor añadido» que ayuda a minimizar el riesgo de infección, tras haberse demostrado que la inflamación de la zona vaginal aumenta el riesgo de contagio.
De hecho, ha recordado que algunos microbicidas de primera generación fracasaron en humanos porque producían inflamación e irritaban la mucosa vaginal, lo que facilitaba la infección por el virus. «Es más, algunos microbicidas acabaron provocando más infecciones que en las mujeres no tratadas», según ha reconocido.
EN DOS AÑOS SE CONOCERÁ SU POTENCIAL
El estudio con macacos que arranca en octubre, en el que también contarán con la colaboración del Centro de Investigación en Energía Atómica de París (Francia) y el Hospital San Raffalle de Milán (Italia), será clave para determinar el verdadero potencial de esta molécula y ver si puede probarse en humanos.
Los resultados estarán disponibles en dos años y, para pasar a una siguiente fase, el doctor Alcamí ha reconocido que tendría que demostrar una eficacia al menos superior al 50 por ciento. No obstante, el gerente de la empresa desarrolladora de esta molécula es más ambicioso y aspira a llegar a un 80 por ciento de protección.
Por el momento, el microbicida que ha demostrado más eficacia en humanos, el tenofovir, ha alcanzado una eficacia del 39 por ciento, aunque su uso es por vía oral.
Por ello, los impulsores de este proyecto no descartan probar el uso del hydroxytyrosol con éste u otros microbicidas, para ver si así se puede conseguir una mayor protección. «El virus ha demostrado que hay que atacarle por distintos frentes, como ya pasa con el tratamiento», según Alcamí.
Además, de salir al mercado, Gómez Acebo asegura que su precio será «asequible» hasta el punto de que pueda ser «competitivo con el preservativo», algo que resulta posible gracias a que el proceso de sintetización de la molécula no es muy costoso.
Y es que, como ha recordado, el objetivo es llegar a países de África o de Asia donde el sida afecta a más del 20 por ciento de la población adulta y, por cuestiones socioculturales, el uso del preservativo no se sigue de manera rigurosa.
Fuente: EUROPA PRESS