Una técnica de Pilates especializado en rehabilitación de cáncer de mama para prevenir la aparición del linfedema
Una técnica de Pilates especializado en rehabilitación de cáncer de mama para prevenir la aparición del linfedema
La fisioterapeuta especializada en linfedema Yolanda Robledo ha reconocido que la comunidad médica tiene como «gran reto» evitar la aparición del linfedema tras una intervención oncológica, durante una mesa-coloquio sobre ‘La rehabilitación física en pacientes con cáncer de mama tras los tratamientos a través de Pilates- Pink Ribbon Program’, celebrado en Madrid, en el que se ha alabado los beneficios de esta técnica a la hora de prevenir el linfedema y recuperar la funcionalidad física de estas mujeres.
Tras la intervención y tratamiento del cáncer de mama, la mujer tiene que enfrentarse a una rehabilitación física y psicológica para recuperar su movilidad y evitar la aparición del linfedema, que supone el hinchazón del brazo del lado del cuerpo en el que se realizado la cirugía. Un hecho que hace que la mujer encuentre dificultades a la hora de, por ejemplo, «abrocharse el sujetador» o «peinarse», señala la fisioterapeuta.
«La falta de movilidad» tras una intervención supone «la pérdida de tono muscular» y, por ello, existe más probabilidad de linfedema», explica esta experta, quien asegura que, «tras el tratamiento de radioterapia, hay entre un 25 y 40 por ciento de posibilidades de desarrollar un linfedema».
La también directora del Máster de Técnicas Avanzadas de Fisioterapia para Pacientes Oncológicos de la Universidad Europea de Madrid insiste en que, tras la intervención y tratamiento del cáncer de mama, las mujeres tienen que seguir cuidándose y, por ello, tienen que seguir ciertas pautas físicas.
En este sentido, denuncia que existen «muy pocas» Unidades de Linfedema en las que haya «una atención temprana». También, el retraso que existe a la hora de derivar a las pacientes a estos centros. Esta fisioterapeuta lamenta además la «disparidad» y el poco «consenso» a la hora de recomendar a este tipo de personas los «ejercicios adecuados» para conseguir devolverles la funcionalidad física y psicológica.
En este punto, la fundadora y directora de la técnica de pilates ‘Pink Ribbon Program’, Doreen Puglisi, explica que el desarrollo esta técnica responde a que las mujeres estadounidenses que superaban la enfermedad eran dadas de alta tras la mastectomía, disección de ganglios linfáticos o cirugías reconstructivas sin un plan de terapia física para la rehabilitación de la parte afectada.
Ahora, asegura que, en Estados Unidos, «cada vez hay más fisioterapeutas que quieren la certificación de esta especialidad» para ayudar a estas mujeres en su rehabilitación. A este respecto, Robledo considera que esta práctica «puede encajar en ese modelo» o protocolo que precisa España.
Puglisi, que fue diagnosticada de cáncer de mama dos años después de que hubiese puesto en marcha este programa, utilizó su propia experiencia para modificar los ejercicios. En concreto, esta técnica supone la realización de movimientos suaves y progresivos coordinados con una respiración consciente.
Así, el programa esta orientado a la movilización de hombros y brazos, a la recuperación del equilibrio corporal y al aumento del bienestar físico y emocional. Actualmente, la sede de madrid del Grupo Español de Pacientes de Cáncer (GEPAC) está aplicando la técnica en estas pacientes mediante talleres gratuitos. Para ello, cualquiera puede inscribirse en su web ‘www.gepac.es‘ o en el teléfono 915631801.
«EJERCICIO Y ESFUERZO»
Por su parte, la directora del proyecto ‘Pilates tras el cáncer de mama’, Mabel Cabrera, lamenta el «intrusismo» que existe tanto en el mundo de la Fisioterapia como en el del Pilates y ha explicado que el primer curso de ‘Pink Ribbon Program’, que ha durado 16 semanas y en el que han participado 9 mujeres, ha sido muy «satisfactorio».
De la misma opinión es Mayte Egea, paciente de cáncer de mama y participante en el mencionado curso, quien explica que, después de ser intervenida, encontró dificultades a la hora de moverse, y que, gracias a estos ejercicios, ha podido recuperar progresivamente su movilidad.
Asimismo, Luisa Aurora Vasquez, otra de las participantes en ‘Pink Ribbon Program’, reconoce que «con ejercicio y esfuerzo» ha conseguido recuperar el 99,9 por ciento de su movilidad funcional. Por su parte, la responsable de este programa en España, Natacha Bolaños, quien aprendió la técnica de la mano de su fundadora, apunta que, en la primera clase, da formación teórica de ‘Pink Ribbon Program’ para que las mujeres tomen contacto con la técnica.
COMPONENTE EMOCIONAL
Estos ejercicios no solo impactan en la recuperación física de la paciente sino en el aspecto emocional, tal y como subraya la psicooncóloga Fátima Castaño, quien destaca los beneficios psicológicos que proporciona «un ejercicio físico regular», adaptado a las necesidades individuales .
De este modo, en el caso oncológico, explica que, tras el diagnóstico, intervención y tratamiento, la paciente experimenta «ansiedad, depresión, desgana o tensión». «Los tratamientos o cirugías interfieren en la vida social», precisa. Por ello, la práctica de ejercicio físico hace, que estas personas, mejoren sus funciones, estén más relajadas y salgan de ese estado de «anhedonia». «El ejercicio físico aumenta la energía positiva», apostilla.
Esta experta ha descrito que el cáncer de mama tiene un importante impacto en la feminidad de la mujer y, por eso, gracias al ejercicio físico, la mujer ve mejorada la percepción de su imagen corporal. Asimismo, apunta a los beneficios de pertenecer a un grupo homogéneo en el que las participantes estén pasando por la misma situación, que sirva de apoyo y soporte.
Por último, durante los días 10 y 11, estas expertas han enseñado a profesionales españoles, como instructores de Pilates, osteópatas, fisioterapeutas o entrenadores personales esta técnica con el objetivo de que puedan aplicarla por toda España.
Fuente: EUROPA PRESS